Estudio Consumo Europa 2023: El low cost llega a todos los públicos
Contenido de este estudio
Editorial
El último Barómetro de Consumo Europa publicado a principios de año estuvo marcado por la «evidencia de la inflación», por utilizar uno de los títulos de este estudio, y sus consecuencias previstas por los consumidores europeos el año pasado. Ya no se trataba de predecir su importancia, sino de observar el impacto de un fenómeno económico que se creía erradicado, casi para siempre, desde hacía cuarenta años.
En este nuevo estudio Consumo Europa, los europeos expresaron sus sensaciones sobre la disminución del poder adquisitivo de más de la mitad de ellos, sobre todo en los países del norte y del oeste de Europa. En este contexto de tensión económica, el consumo se mantuvo resistente, mientras que el ahorro disminuyó tras su repunte durante la crisis sanitaria.
Entre las consecuencias de la inflación, este nuevo estudio destaca una mayor fragilidad del consumo ligado a determinadas decisiones. El 64% de los encuestados afirmó haber renunciado al gasto en los últimos 12 meses. Si bien esta renuncia afecta sobre todo a los viajes, las vacaciones y las actividades de ocio (6 de cada 10 así lo indican), gastos considerados arbitrarios, también afecta a las compras para la vida cotidiana o el combustible, gastos obligados, para casi 4 de cada 10 europeos (Fig. 1).
Vincular la inflación y la renuncia al consumo conduce naturalmente a plantearse cuestiones de precio que, en estos tiempos de turbulencias económicas, adquieren más protagonismo que nunca. Un precio que el consumidor busca forzosamente que sea bajo. Un low cost que presenta la doble vertiente de un concepto atractivo y de una necesidad.