Prólogo
Tras un año post-pandémico récord en 2022, el estado de ánimo de los europeos se encontraba deteriorado cuando se realizó el Barómetro europeo 2023 del Observatorio Cetelem. No es de extrañar, dada la acumulación de malas noticias y la creciente CONCIENCIA DE CRISIS. Un factor clave de este empeoramiento fue la vuelta a una inflación de dos dígitos, algo que no se experimentaba en Europa desde hacía casi 40 años, con un pico en octubre de 2022, cuando se estaba realizando la encuesta. Las consecuencias de la guerra en Ucrania, con problemas en la cadena de suministro que afectaban a la disponibilidad de gas, electricidad y combustible, hicieron que el tema de la escasez volviera con fuerza al primer plano. El año pasado, los europeos estaban claramente desmoralizados, tras haber sentido el impacto de diversas conmociones.
La coyuntura económica ha estado marcada por las tensiones geopolíticas mundiales, en particular la guerra entre Israel y Hamás, y el riesgo de que se extienda por la región. De lo que no cabe duda es que el año pasado fue difícil desde el punto de vista macroeconómico. Tras un repunte muy fuerte después de la pandemia de 2021 y 2022, la economía de la Unión Europea perdió impulso, creciendo sólo un 0,6% (Fig. 1). Alemania y Suecia incluso registraron un crecimiento negativo en 2023, con un -0,3% y un -0,5% respectivamente.
En conjunto, los resultados de este Barómetro de Consumo europeo 2024 del Observatorio Cetelem, reflejan fielmente esta realidad. Así, el estado de ánimo de los europeos se mantiene estable con una nota de 5,1/10 (+0,1 puntos respecto al año pasado), por debajo de la puntuación anterior a Covid-19. Para los europeos, ha llegado el momento de apretar los dientes y adoptar un enfoque organizado tomando decisiones de consumo más duras, sobre todo en lo que respecta a la alimentación. Pero la cuestión principal es la siguiente: ¿HA PASADO YA LO PEOR?