Como acabamos de ver, la inflación preocupa mucho a los europeos. Sin embargo, a diferencia del año pasado, cuando su reacción fue de asombro, ahora se están organizando y adaptando. Las repercusiones duraderas del actual clima inflacionista y la disminución del poder adquisitivo son una realidad que han aprendido a asumir. Así pues, los europeos están tirando de las palancas que tienen a su disposición, es decir, el ahorro preventivo y el gasto controlado.
La incertidumbre impulsa el ahorro
Durante la pandemia, las tasas de ahorro alcanzaron niveles récord en Europa, impulsadas por las restricciones a los viajes, el aplazamiento de los planes de gasto y la incertidumbre sobre el futuro. Posteriormente, el ahorro disminuyó, lo que permitió la recuperación del consumo en 2022.
Pero, ¿cuál es la situación hoy? Los datos económicos y los resultados de este Barómetro del Observatorio Cetelem 2024 están perfectamente alineados. Las incertidumbres, sobre todo las de carácter económico, han llevado a los europeos a acumular ahorro por precaución, a pesar de la presión sobre su poder adquisitivo. Así, la tasa media de ahorro de los europeos sigue siendo ligeramente superior a la de antes de la pandemia, y debería seguir siéndolo en los próximos años. (Fig. 9)
Los datos recogidos por este último Barómetro confirman esta tendencia a guardar algo de dinero. Más de la mitad (53%) de los europeos espera ahorrar más en los próximos 12 meses, lo que supone un aumento de 2 puntos con respecto al año pasado (Fig. 10a). Esta tendencia al alza se observa en todos los países encuestados, a excepción de Alemania y Suecia (-2 y -3 puntos), que, como ya hemos señalado, han visto caer la mayoría de sus indicadores (Fig. 10b). No obstante, con un 57% de los encuestados que piensan ahorrar más el año que viene, estos dos países siguen, como siempre, a la cabeza de Europa en materia de ahorro, junto con Portugal.
El deseo de gastar está presente pero frustrado
Las intenciones de compra se han mantenido bien, con un 53% de los encuestados declarando que están dispuestos a gastar este año (Fig. 11). Esta cifra no ha cambiado desde 2023, lo que sugiere que el consumo de los hogares en Europa resistirá en 2024 a pesar de los elevados tipos de interés y de unas condiciones económicas relativamente malas. Sin embargo, este deseo de consumir genera una gran frustración: El 44% de los europeos afirma tener ganas de hacerlo, pero no siempre puede permitírselo, es decir, ¡8 de cada 10 personas que quieren gastar! Una vez más, los alemanes y los suecos se desmarcan. En efecto, aunque son menos los que no pueden permitirse gastar (7 de cada 10 de media), esta proporción ha aumentado mucho desde el año pasado (+8 y +2 puntos respectivamente).
Aunque existen diferencias considerables entre los países, tanto en términos absolutos como en términos de variación interanual, los grandes triunfadores en lo que se refiere a este afán de consumo son los viajes y el ocio (59%), muy por delante de las suscripciones a plataformas de vídeo (41%) y los electrodomésticos (40%) (Fig. 12). A más largo plazo, los servicios de streaming son los que más terreno han ganado, con intenciones de compra que pasan del 29% en 2019 al 41% en 2024.
Por el contrario, los coches nuevos, los muebles, los electrodomésticos, los ordenadores y los proyectos de reformas han experimentado caídas significativas.
Esta tendencia actual a la contención del gasto coincide con los datos de Eurostat sobre el consumo de los hogares, que apuntan a una estabilización en 2023. Sin embargo, las previsiones de la Comisión Europea para un futuro próximo son un poco más optimistas que las de nuestros encuestados, ya que sugieren que el consumo disponible se recuperará gradualmente en 2024 y 2025 (Fig. 13), sobre todo en Suecia, Reino Unido, Italia y Alemania. Estas perspectivas coinciden con los resultados del Barómetro del Observatorio Cetelem, que apoyan la idea de que lo peor puede haber pasado.