El estado de ánimo de los europeos permanece estable, pero continúa siendo bajo

El año pasado, tras un «eufórico» repunte después de la pandemia, el estado de ánimo de los europeos volvió a deteriorarse en general. En los diez países encuestados, bajaron las puntuaciones tanto de la percepción general del país, como de la situación personal. Evidentemente, el repunte estaba
condenado a ser breve y los indicadores económicos han hecho que las perspectivas a corto y medio plazo sean un tanto sombrías.

Valoración de la situación personal y la general del país, sin repunte a la vista

Al igual que en el Barómetro del Observatorio Cetelem de 2023, el estado de ánimo de los europeos no ha mejorado este año, y las puntuaciones se mantienen prácticamente sin cambios.

Cuando se les pide que describan la situación general de su país en la actualidad, los europeos no aprecian mejoras significativas. La puntuación media de todos los países se sitúa en 5,1 / 10, es decir, 0,1 puntos más que el año pasado (Fig. 2). Esta puntuación de un poco más de un 5 significa que la percepción económica de los europeos sigue estando por debajo del nivel anterior a Covid-19 (5,4), lo que pone claramente de manifiesto la
persistente preocupación de los hogares por el futuro.

Como es habitual en el Barómetro del Observatorio Cetelem, el pesimismo de los europeos no es tan pronunciado cuando nos fijamos en la valoración que hacen de su situación personal. De hecho, aunque esta puntuación también se mantiene estable habiendo aumentado 0,1 puntos de un año a otro, con un 6,0/10 está a la par con la cifra anterior a la pandemia. Aunque como siempre, los ciudadanos valoran mejor su situación personal que la situación general de su país, esta vuelta a la normalidad refleja su capacidad para adaptarse al contexto y restablecer un equilibrio personal, a
pesar de las actuales limitaciones económicas.

Las situaciones nacionales en europa son cada vez más homogéneas

Como acabamos de ver, los europeos siguen siendo pesimistas cuando se trata de evaluar la situación general de su país. Pero este resultado global no capta las marcadas variaciones en las tendencias observadas de un país a otro (Fig. 3a). En muchos casos la puntuación ha mejorado en el último año,
como en Polonia (+1,0 puntos), Rumanía y Bélgica (+0,5 puntos), y en menor medida en el Reino Unido, España e Italia (+0,3 puntos). En el otro extremo de la escala de evolución, dos países han visto descender su puntuación. Suecia y Alemania registran los descensos más fuertes, con
0,6 y 0,5 puntos menos respectivamente. Estas valoraciones se hacen eco de la contracción económica que se está produciendo en ambos países.

Debido al tamaño de su economía y de su población dentro de la Unión Europea, la situación en Alemania repercute negativamente en las percepciones de los europeos en su conjunto. Mientras tanto, el pesimismo sigue reinando en Francia, cuya puntuación ha bajado 0,1 puntos hasta situarse en 4,9/10. La misma tendencia se observa en Portugal, con una puntuación de 4,8.

Si echamos la vista atrás a los últimos 5 años, podemos ver que las puntuaciones de la situación general de cada país convergen y se acercan (Fig. 3b). Así, Alemania y Suecia, que encabezaron la clasificación en 2019 con puntuaciones de 6,6 y 6,1 / 10 respectivamente, alcanzan en 2024 puntuaciones similares a las del resto de países europeos encuestados. Por el contrario, Rumanía, que obtuvo la puntuación más baja en 2019 con 4,4 / 10, ha alcanzado la media europea este año.

Al final, entre los 10 países encuestados, la diferencia entre las puntuaciones más altas y más bajas es de solo 1 punto en 2024, frente a 2,2 puntos en 2019.

¿Por qué convergen estas puntuaciones? Obviamente, es imposible sacar conclusiones firmes, pero las sucesivas crisis de los últimos años han tenido un impacto global, afectando no solo a un país, sino al planeta en su conjunto, y al continente europeo en particular.

Es lógico que los países más «sanos» hayan sido los más afectados.

A pesar de todo, las circunstancias personales se mantienen firmes

En cuanto a la percepción de la situación personal, que tiende a seguir las fluctuaciones de las situaciones generales de los países, la mayoría de los países han vuelto a los niveles anteriores a la crisis de Covid-19, con una media de sólo 0,1 puntos menos que en ese periodo (Fig. 4a). Una vez más,
destacan las puntuaciones de Alemania y Suecia, que han bajado 0,6 y 0,5 puntos respectivamente en cinco años. La edición 2024 del Barómetro del Observatorio Cetelem explica la mitad de esta caída, con una disminución de 0,3 y 0,4 puntos respectivamente en ambos países. Pero no son los únicos que han visto descender su puntuación en este sentido. De hecho, el Reino Unido y Polonia también están en números rojos, con descensos de 0,3 puntos en ambos casos. Sin embargo, las causas son probablemente muy diferentes en estos dos casos.

Por supuesto, al igual que otras economías europeas, las suyas se han visto afectadas por la inflación y el aumento del coste de la vida. Pero el Brexit ha agravado la situación de los consumidores británicos. Los efectos han sido tales que la mayoría de la población está ahora a favor de celebrar un referéndum sobre la cuestión de la reincorporación a la Unión Europea. Mientras tanto, la guerra en curso en Ucrania ha provocado una caída significativa de las puntuaciones de las circunstancias personales en Polonia.

¡Lo peor ya ha pasado! Eso es lo que los europeos están pensando. Tras una crisis de salud pública sin precedentes, las tensiones geopolíticas derivadas de la guerra de Ucrania y sus consecuencias en forma de subida de los precios de la energía y los alimentos, han suscitado nuevos temores. Un año después, los europeos se han organizado y han puesto en marcha estrategias para adaptarse a estas nuevas circunstancias. De hecho, la mejora en la puntuación de las circunstancias personales del Reino Unido así lo refleja. Por lo tanto, el periodo más duro parece haber terminado para los consumidores.

Cambios en los indicadores clave