Desánimo general
El año pasado, la euforia se apoderó casi por completo de los europeos, que nunca habían visto la situación de su país y su situación personal bajo una luz tan hermosa. La puntuación de la primera fue de nuevo superior a la media, con 5,4 puntos. La segunda fue un récord, alcanzando un 6,2 para todos los países. Como siempre, el juicio personal fue más favorable que el juicio global. ¿Y en 2022?
SITUACIÓN DEL PAÍS Y SITUACIÓN PERSONAL, UNA CAÍDA COMÚN
Como cabía esperar, ambas puntuaciones han descendido, pero sin llegar a algunas de las caídas vistas anteriormente. Con 5,8 puntos y 4,9 puntos respectivamente, han vuelto a sus niveles del comienzo de la crisis de la covid-19. Sin embargo, la caída es clara y notable, tanto como el repunte observado el año pasado.
Si se analizan estos resultados en perspectiva durante los últimos 15 años, se observa que, de una crisis a otra, no existe una regla absoluta sobre si estas puntuaciones volverán a caer o a subir. De este modo, tras la crisis de las hipotecas de alto riesgo, que no afectó principalmente a los europeos, se necesitaron varios años para registrar un aumento neto de estas dos puntuaciones, especialmente una vez digerida la crisis de la deuda soberana. Con la covid-19, bastó un año para registrar un repunte espectacular mientras la variante ómicron seguía en el aire.
FACTORES LOCALES QUE INFLUYEN EN LA IMAGEN DEL PAÍS
A la luz de estos nuevos resultados, habría sido tentador hacer de la guerra en Ucrania el principal factor explicativo del declive del estado de ánimo en Europa. Sin embargo, un análisis minucioso de los resultados lo desmiente.
Los tres países con el mayor descenso en la percepción de la situación del país son el Reino Unido, Italia y Bélgica (-1 punto, -0,8 puntos y -0,6 puntos respectivamente), países cuya proximidad a las fronteras rusas no es clara. Eslovaquia, Rumanía y Bulgaria, que están mucho más cerca, son los únicos países que registran una variación positiva en esta puntuación (+0,2 puntos, +0,2 puntos y +0,1 puntos respectivamente). Esto confirma que, en este ámbito, lo local prevalece sobre lo global. El Reino Unido ha vivido un verano y un otoño especialmente turbulentos, este último marcado por la caída repentina y sin precedentes del gobierno de Liz Truss. El 22 de septiembre, el partido Fratelli d’Italia ganó las elecciones. En Bélgica, podría decirse (eufemísticamente) que la situación política sigue siendo de naturaleza compleja. También cabe destacar que Bulgaria, Eslovaquia y Hungría coinciden en otorgar la puntuación más baja (4 puntos). Las elevadísimas desigualdades del primer país y los bajísimos ingresos de los dos siguientes son indicios tangibles de las razones que explican esta baja puntuación.
Los tres países con el mayor descenso en la percepción de la situación del país son el Reino Unido, Italia y Bélgica (-1 punto, -0,8 puntos y -0,6 puntos respectivamente)
BAJA MORAL PERSONAL
En cuanto a la situación personal, las diferencias son menos marcadas entre países, sin que el conflicto ucraniano ofrezca una clave explicativa tangible. Con un descenso de 0,6 puntos, el Reino Unido muestra una caída significativa de la moral de sus ciudadanos, lo que parece contradecir su legendario Keep calm and carry on, aunque la puntuación obtenida siga siendo alta (6,1 puntos). Le acompaña igualmente en este descenso de la moral la República Checa que, con solo 4,9 puntos, tiene la segunda peor puntuación del Barómetro después de Hungría, las dos únicas puntuaciones por debajo de la media. Mientras que las habituales Suecia, Alemania y Bélgica ocupan los primeros puestos en la clasificación de la situación personal, Austria ha registrado un brusco descenso hasta una puntuación inferior a 6. También en Francia se ha registrado un 6, donde la confianza en la propia situación personal sigue siendo relativamente alta.