Entrevista a Toni Amat, Director de Tradebike

El sector de la bicicleta facturó alrededor de 2.700 millones en 2022, un 6% menos que el año anterior. ¿Cuál sería vuestra valoración del 2022? ¿Y respecto a los meses que llevamos de 2023?

2022 ha sido una temporada difícil tras los dos años de pandemia y unas ventas excepcionales. Podríamos decir que en estos dos años se vendió lo que a un ritmo normal se hubiera vendido en cinco, y por lo tanto el 2022 el mercado ha bajado como era de prever. La competencia ya no ha sido entre marcas del sector de la bicicleta, sino con el sector del ocio, las vacaciones, viajes, restaurantes y demás.

A nivel de facturación el mercado cayó solo un 6%, pero no nos engañemos, esto se debe a que el precio medio de las bicicletas subió un 13,9%. Si no, el mercado hubiera caído mucho más. Esté subida de precios, que viene siendo importante desde hace ya 3 años, puede ser muy perjudicial en momentos de crisis. Respecto a las unidades, el mercado cayó un 13,59%, que no es poco. Se vendieron unas 214 mil bicicletas menos. Las caídas más importantes se centraron en las MTB (-23%), sobre todo las de primer precio, y en las bicis infantiles (-18%), las dos categorías que más peso tienen a nivel de volumen total y las que más demanda tuvieron en pandemia.

 2023 comenzó muy tranquilo, demasiado. El primer trimestre ha sido muy flojo, especialmente el mes de febrero. Afortunadamente el trabajo de taller no ha parado. A finales de marzo el mercado se empezó a mover y podríamos decir que, poco a poco, se va recuperando. También es cierto que estamos entrando en los meses de temporada alta.

Por tipo de producto o gama, ¿Cuáles son los que están funcionando mejor a nivel de ventas y por qué?

A nivel de gama podríamos decir que las bicis de gama alta son las que más aguantan. La venta de “productos de lujo” siempre es más estable, e incluso están faltando algunos modelos. Por categorías, las E-Bike, una categoría clave en estos momentos para el sector, y las Gravel, son los productos más de moda y que más movimiento están teniendo. La carretera siempre suele ser más estable. Y esperemos que las Urban sean mecánicas o eléctricas sigan tirando como el año pasado. Otra categoría que poco a poco va cogiendo también protagonismo son las CargoBike, pero todavía de una forma muy minoritaria en España, aunque en Europa cada día tiene más peso.

En el último número de vuestra revista habláis de “e-bike: un mercado consolidado” ¿Qué nos puedes contar al respecto?

Es una categoría relativamente nueva en el sector, que empezó a crecer y coger protagonismo en el 2017. Al principio con las E-MTB, después con las E-Urban y más recientemente con las E-ROAD, E-GRAVEL y las E-Cargo.

Hoy en día es una categoría indispensable para el sector. La tercera en unidades vendidas (236.000) por detrás de las MTB y las bicis Infantiles, pero la primera en facturación: actualmente representa un 45,6% de la facturación total en la venta de bicicletas (694,4 millones de euros) en España. 

Para la tienda, también es una categoría muy importante, con el precio medio más alto (2.940 euros). Y también es importante para el taller. Sus componentes eléctricos, su potencia y su mayor peso comportan un mayor desgaste de los componentes y más trabajo de mantenimiento para el taller. También son un buen vehículo de alquiler. 

No olvidemos que es una modalidad que ha democratizado el ciclismo deportivo: ya no es imprescindible una gran forma física para poder disfrutar con la bicicleta, y ello ha supuesto una gran entrada de nuevos usuarios. Y no podemos olvidar toda la vertiente de movilidad sostenible, donde también juega un papel importante. Las previsiones apuntan a que seguirá creciendo como categoría. 

Centrándonos en la financiación, ¿Cuál crees que es el papel que juega dentro del sector? 

Actualmente la financiación es clave en nuestro sector. Como hemos visto estos últimos tres años, se ha producido un incremento importante en los precios medios en todas las categorías, y las E-Bike, un vehículo caro, ha pasado a ser una categoría muy importante. Por ello es crucial disponer de herramientas que permitan acceder a la compra al máximo posible de clientes, y la financiación es la mejor herramienta. 

¿Cómo creéis que va a evolucionar el consumo sostenible en general en los próximos 12 meses? ¿Y en concreto en vuestro sector que es la bici?

El sector del bike poco a poco va haciendo los deberes en el apartado de sostenibilidad. Por una parte, está claro que la bicicleta como medio de transporte que no consume combustibles fósiles es ya una gran aportación, y cada vez coge más protagonismo en las grandes ciudades, incluso en el apartado de logística y reparto de última milla. Pero no es suficiente.

Estos últimos años empezamos a ver, también, la preocupación por los procesos de producción, los materiales que se utilizan y todo el apartado de reciclaje de componentes gastados. Todo ello irá cogiendo más y más protagonismo. Las nuevas generaciones cada vez están más atentas a este factor y ello hace que los fabricantes también lo empiecen a valorar cada vez más.